En la antigua Grecia, igual que en el renacimiento, la belleza representaba un aspecto importante dentro de la metafísica, ya que esta cualidad se relacionaba con las representaciones divinas en su más perfecta forma. La belleza no solo se basaba en lo que resultaba agradable a la vista, sino que una cosa bella tenía que cumplir unos requisitos morales y espirituales. Aunque el renacimiento basa sus cánones de belleza en algunos de los aspectos de la teoría de las Ideas de Platón, también encontramos ciertas diferencias.
En primer lugar, destacamos que ambas opiniones consideran que la belleza está basada en la armonía de las proporciones, basándose en la teoría de los pitagóricos, Platón defiende la belleza geométrica, causada por el orden del cosmos. En el renacimiento encontramos la concepción de la belleza basada en el número de oro (la proporción áurea), de este modo la belleza depende de la perspectiva correcta y de las proporciones idóneas deducidas del cálculo matemático y geométrico.
En segundo lugar, según el aspecto metafísico, tanto Platón en la Grecia clásica, como los artistas del Renacimiento, conciben que la belleza se basa también en la armonía del alma, ya que el cuerpo considerado bello, lo es por el hecho de transparentar su imagen espiritual. Por tanto, un cuerpo bello físicamente, responde a una Idea suprema, objetiva y eterna de lo que es Bello en sí, es decir, lo bello contiene en su esencia todas las realidades por las cuales las cosas son bellas por el hecho de ser una idea que es copiada por el mundo sensible.
Por otra parte, en el Renacimiento tiene gran importancia el arte y la percepción del artista, a pesar de que para Platón, los medios de que usan los artistas para aparentar la verdad deformando sus obras con proporciones que aparentan ser bellas, pero no lo son verdaderamente ya que son copias imperfectas. Pero el arte del Renacimiento no solo se basaba en copiar el objeto bello, sino que el artista le añadía emociones y su propia interpretación, lo cual es opuesto al pensamiento Platónico, ya que un buen arte es aquel que tiene orden y medida, mientras que un mal arte es aquel apoyado en las reacciones emotivas y apreciaciones de los hombres.
Como conclusión podemos decir que ambas percepciones de la belleza podrían considerarse aptas ya que cuantificar la belleza resulta difícil. A pesar de eso, las matemáticas y la geometría pueden utilizarse para determinar unos parámetros estéticos que captamos como Bellos. Platón aporta al arte y a la percepción de belleza la certeza y exactitud de las matemáticas y aporta la idea de Belleza en sí, además de la belleza moral de cada alma, basándose en su teoría de las Ideas. Sin olvidar, que lo bello reside en el alma y en la armonía, primero de nuestra alma y después la de nuestro cuerpo.
Lorena Tortosa Edo.
Abigail Dombrowski Suescun.
Algunes consideracions: millorable la redacció, la conclusió deuria de centrar-se als paral.lelismes, algun exemple i argument més concret on es mostrara el model de Bellesa del Renaixement ho faria més clar.
ResponderEliminarBon treball